La portada es vieja, roñosa, fea,
me mira desde su estante suplicante
"no me juzges" dice su doloroso mirar
"no sabes lo que hay en mi; mi portada es desagradable para tu vista
pero mi contenido te puede gustar".
Su argumento es valido, pero todavia no me decido,
su portada me repulsa, pero lo que me dijo es verdad,
quien soy yo para juzgarlo, quien soy yo para decidir
si me gustara con solo mirar su cubierta,
no se que sorpresas me guarda en su interior y no se si sean de mi agrado.
"Ya veras" me dice, "te puedes sorprender, no pierdas la oportunidad, quiza no tengas otra...".
Lo saco del estante y lo miro pensativo.
Dudo un instante antes de abrirlo, me armo de valor y comienzo la lectura,
de inmediato me sorprendo; grandiosas aventuras, misericordiosos dioses, heroes invencibles, batallas epicas y finales felices.
"De lo que me pude haber perdido" me digo, quien sabe si alguien mas lo leyo antes que yo, pero no importa, el lo disfruto tanto como yo mientras su magia duro, ahora es mi turno de disfrutar de esta gran sorpresa, de este increible regalo del destino, de este afortunado encuentro, de haberme sobrepuesto a la primera imprecion, de madurar, crecer, y gozar por haber podido superar la superficialidad y dejar de ser prejuicioso.
Somos seres en extremo superficiales, ¿porque eh de perder la oportunidad de conocer a alguien solo por su exterior?
sábado, 3 de abril de 2010
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