Palpando el destino se dió cuenta de que el fatídico instante habia llegado.
Pensó en todo lo que nunca hizo, en lo que nunca dijo, lo que nunca veria y en todos aquellos que dejaba atras.
¡NO!, pensó, ¡no puede ser así!, aquí no termina, esto no se puede acabar ahora, yo soy el dueño de mi destino y de mi vida, mis propósitos y mi voluntad me trajeron aquí y mis deseos y esperanzas me sacaran, mientras mi vida tenga sentido yo voy a vivir, y el sentido será el que yo le quiera dar.
Ya no hay vuelta atras, esta decidido, voy a vivir y nadie me lo va a impedir.
Gritare y correré, pero nunca caeré.
¡Adelante!, hacia una vida larga y plena, un futuro brillante y cercano, un destino, un sentido...
Y cayó muerto.
miércoles, 9 de junio de 2010
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